PUENTE DEL ARCO IRIS

Hay un puente que queda entre el Paraíso y la Tierra, y se llama Puente del Arco Iris.
 Cuando un animal que ha sido especialmente amado por alguien aquí en la Tierra muere, entonces va al Puente del Arco Iris.
Allí hay valles y colinas para todos nuestros amigos especiales, para que ellos puedan correr y jugar juntos.
Hay mucha comida, agua y sol, y nuestros amigos se encuentran cómodos y al abrigo.
Todos los animales que han estado enfermos o que eran ancianos, recuperan su salud y vigor; aquellos que fueron heridos o mutilados recuperan lo perdido y son fuertes nuevamente, tal como los recordamos en nuestros sueños de días y tiempos pasados.
Los animales están felices y contentos, excepto por una pequeña cosa: cada uno de ellos extraña a alguien muy especial, alguien a quien tuvo que dejar atrás.
Todos corren y juegan juntos, pero llega un día en que uno de ellos se detiene de repente y mira a la lejanía. Sus brillantes ojos se ponen atentos; su impaciente cuerpo se estremece y vibra. De repente se aleja corriendo del grupo, volando sobre la verde hierba, moviendo sus patas cada vez más y más rápido.
Tú has sido avistado, y cuando tú y tu amigo especial finalmente se encuentran, los dos se abrazan en un maravilloso reencuentro, para nunca separarse de nuevo. Una lluvia de besos cae sobre tu rostro; tus manos acarician nuevamente la cabeza amada, y puedes mirar nuevamente a los confiados ojos de tu mascota, tanto tiempo apartada de tu vida, pero nunca ausente de tu corazón.
Entonces los dos cruzan el Puente del Arco Iris juntos…                                        

Autor desconocido.

CARTA DE UN PERRO FALLECIDO

No llores por mí…

Me has dado un hogar donde vivir, me has proporcionado alimento y sobre todo, me has dado tu amor y tu compañía. Lo último que querría es verte sufrir por mí.

Ahora que no estoy contigo, no quiero verte triste. Deseo que cuando pienses en mi sonrías, pues así sabré que mi recuerdo te hace feliz.

Quiero que recuerdes los buenos momentos que compartíamos, nuestras muestras de cariño, nuestros juegos… y si alguna vez te defraude, o me porte mal, perdóname…

Y, por favor, no tires mis juguetes, ni mi cama, ni mis cosas, porque en este mundo hay muchos otros colegas que viven en soledad, tristes y sin cariño…muchos que darían su vida por compartir la tuya.

No digas que no quieres tener más animales, no, no lo digas…eso me hace pensar que el tiempo que estuve contigo no te hice feliz.

Por favor, que mi muerte no sea en vano, que sirva para que otro tenga la suerte de poder vivir y conocer lo maravillosa que es tu amistad, que conozca la verdadera “vida de perro”, que descubra el cariño.

No estés triste… Yo no lo estoy, porque sé que guardas ese rinconcito especial para mí en tu corazón.

LLAMAR